viernes, 28 de septiembre de 2012

Abismo Social. Motor del problema.

Las calles convertidas en campos de batalla, es un problema que no se ha terminado de resolver en las escuelas, en las universidades, en los puestos de trabajo tanto públicos como privados. 
La paz que idílicamente pretenden las autoridade
s no se logra sino mediante la aplicación de actos justos que demuestren el interés de quienes persiguen el cambio.
Es dificil imaginar una paz social que nazca de la desigualdad, del trato discriminatorio, del desempleo, y de la brecha socioeconómica.
Las bondades de un Estado social de Derecho quedan en simples palabras vanas al enfrentarlas a la cruda realidad que representa las manifestaciones de inconformidad de miles de personas. No es mas que un recurso para sensibilizar a otros sectores sociales. Esto con el fin de que sientan empatía hacia las actitudes que promueven la privatización de las ganancias y hacia las pérdidas públicas. Es como una gran ruleta, en la que se apuesta con capital ajeno, (Podría alguien hacer una analogía con la novela El Jugador de Dostoievsky) y se exime de responsabilidades.
Quienes encuentran motivos en la movilización concientizadora los hallan en la gran masa de desempleados. Estos recursos infinitamente valiosos que deja de utilizar el Estado para proponerles a lo sumo un empleo de mano de obra calificada, pero ahora, ni eso.
El Estado al no cumplir con la obligación constitucional de ofrecer puestos de empleo digno y bien remunerado, viola los principios que exigieron su creación.
La protección a las garantías sociales y en Costa Rica particularmente en la Carta Magna en el Artículo 50 y 56, se encuentran consagrados principios que obligan a estimular la producción y el adecuado reparto de la riqueza. En el segundo se establece que el trabajo es un derecho y una obligación, debe ser digno y debidamente remunerado.
Los argumentos también los pueden encontrar en la repartición desigual de la riqueza.
La teoría de que la copa cuando estuviese llena iba a empezar a desbordarse, no es cierta. Hemos comprobado a lo largo de la historia que esa copa, no tiene fondo. Recordando Mariana, para conformarse se ha inventado el jamás.

¿Será posible la perpetuidad de un sistema que propugna por la desigualdad?
¿Hasta donde podrán capaces de soportar aquellos que cargan con el peso de un desarrollo excluyente?


Incierto es esto, lo que si conozco es que la estructura que legitima el status quo es la capacidad coercitiva que posee el Estado. Esta es la primera valla con la que choca el movimiento de concientización: ser tratado como un cuerpo de personas que actúan en inobservancia de las normas de convivencia social.
El hecho está en que el aparato coactivo policial es el encargado de disipar primariamente estas fuerzas colectivas surgientes. Y muy respetable trabajo, siempre que se actúe de buena fe y con la debida diligencia. Quién esté sano podrá percibir el abuso de autoridad al instante, la represión es la consencuencia inmediata de este. El peligro está en la falta de control que haya sobre quienes controlan. No es mas que un funcionario público, una persona igual a cualquiera, con arbitrios y contradicciones. Algo que si posee diferente, es uniformado y posee como mínimo una 9mm en su cintura. Delegar cierta cuota de poder a una persona que no sabe hacer uso de ella, puede ser peligroso.

Concluyo con dos enlaces. El primero es un recuerdo de las actuaciones policiales, de hace poco mas de dos años en el acto de traspaso de poderes de nuestra actual señora presidente.
El segundo, un nuevo hecho, HOY, las calles de Madrid se conviertieron en trincheras desiguales, un bando que proclama por una sociedad mas justa, equitativa y solidaria contra caballeros armados, camiones, antidisturbios y soldados que solo saben atacar, o ¿acatar?


http://politica.elpais.com/politica/2012/09/25/videos/1348601224_973288.html
http://www.ciudadccs.info/?p=64295